Dejarán de ser efectivos por tomarlos mal y automedicarse.
El mundo está al borde de quedarse sin las llamadas 'curas milagro', en otras palabras, sin antibióticos.
Con esta advertencia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió que se ponga en marcha un programa global para enfrentar la creciente resistencia de los microorganismos a la acción de estos medicamentos.
"Nos dirigimos a una era posantibióticos, en la cual muchas infecciones comunes no tendrán una cura y, de nuevo, estarán en capacidad de matar sin freno", señaló la directora de la OMS, Margaret Chan.
En Colombia no hay estudios para establecer la dimensión de este fenómeno, pero es claro que la insana costumbre de consumir estos medicamentos sin fórmula está extendida entre la gente. Y este es, insiste la OMS, el primer problema que hay que combatir para frenar la resistencia.
¿Qué quiere decir resistencia?
Andrés Zuluaga, profesor de la Universidad de Antioquia y miembro de la Asociación Colombiana de Infectología, explica que la resistencia a los antibióticos es un fenómeno biológico por el cual los microorganismos se vuelven inmunes a las medicinas que fueron concebidas para matarlos.
Aunque se trata de un fenómeno natural, la automedicación de antibióticos y el mal uso que se hace de ellos acelera dicha resistencia: "Si la persona -explica Zuluaga- toma una dosis menor a la recomendada, los microorganismos pueden generar mecanismos para contrarrestar la acción del medicamento, y transmitirlos a sus descendientes o a otros microorganismos; si toma dosis mayores, puede dar lugar a eventos tóxicos que, incluso, pueden causar la muerte, y si se autorreceta no solo expone a las bacterias a fármacos inapropiados, sino que, en ciertos casos, estimula la resistencia y empeora la infección".
Zuluaga insiste en que el uso irracional e injustificado de antibióticos debe desestimularse cuanto antes, "pues las consecuencias son catastróficas para todos".
Tómese bien los remedios
Si le recetan fármacos, tenga en cuenta:
Cuando el médico dice que se tome el medicamento cada seis horas, significa cuatro veces al día; los mejores horarios son: 11:00 a.m., 5:00 p.m., 11:00 p.m. y 5:00 a.m. Cuando dice cada ocho horas, son tres veces al día; lo ideal es: 5:00 a.m., 1:00 p.m. y 9:00 p.m.
Cada 12 horas son dos veces: 6:00 a.m. y 6:00 p.m.
Si es cada 24, elija la hora, pero debe ser siempre la misma. Si se le olvida una dosis de antiobióticos, puede doblarla (ojo: con otros fármacos es distinto). Si la receta dice antes de las comidas, es una hora antes de los alimentos grandes; luego de estas significa, al menos, dos horas después de haber comido.
Creencias comunes
Mito: el mejor remedio contra las peores gripas son los antibióticos.
Verdad: las gripas son producidas por virus sobre los cuales los antibióticos no tienen ningún efecto. Este es uno de los errores más comunes.
Verdad: las gripas son producidas por virus sobre los cuales los antibióticos no tienen ningún efecto. Este es uno de los errores más comunes.
Mito: tomarse todos los antibióticos que manda el médico no es tan bueno, porque también bajan las defensas.
Verdad: es necesario consumirlos en las dosis y tiempos ordenados; no hacerlo debilita a los microorganismos, pero no los mata. Esto genera resistencia.
Verdad: es necesario consumirlos en las dosis y tiempos ordenados; no hacerlo debilita a los microorganismos, pero no los mata. Esto genera resistencia.
Mito: el mismo antibiótico que me sirvió contra una infección, me ayuda con otra.
Verdad: solo el médico, previa práctica de exámenes, puede determinar el germen que causa una infección (no siempre es el mismo) e indicar qué sirve contra él.
Verdad: solo el médico, previa práctica de exámenes, puede determinar el germen que causa una infección (no siempre es el mismo) e indicar qué sirve contra él.
Mito: los antibióticos son muy seguros; por eso se venden libremente.
Verdad: los antibióticos tienen efectos adversos, algunos de los cuales pueden ser graves. Por eso, su prescripción y venta deben ser bajo estricta fórmula médica.
Verdad: los antibióticos tienen efectos adversos, algunos de los cuales pueden ser graves. Por eso, su prescripción y venta deben ser bajo estricta fórmula médica.
Mito: para qué preocuparse, si los laboratorios sacan nuevos antibióticos cada rato.
Verdad: no existe un fármaco nuevo, ni siquiera en desarrollo, que controle las infecciones por bacterias resistentes. Se invierte poco en el desarrollo de estos medicamentos.
Verdad: no existe un fármaco nuevo, ni siquiera en desarrollo, que controle las infecciones por bacterias resistentes. Se invierte poco en el desarrollo de estos medicamentos.
Mito: hay productos naturales que combaten infecciones.
Verdad: las infecciones son complejas y ningún producto natural, más allá de los desinfectantes, ha logrado superar la eficacia de los antibióticos.
Verdad: las infecciones son complejas y ningún producto natural, más allá de los desinfectantes, ha logrado superar la eficacia de los antibióticos.
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