lunes, 16 de mayo de 2011

La soledad no es tan mala como la pintan

Para muchos, de hecho, la soledad incluso se hace necesaria, pues de ella depende que aprendamos a conocernos mejor a nosotros mismos y, por ende, que podamos relacionarnos mejor con el resto del mundo.


La soledad no es un defecto, es una virtud. Eso es lo que aseguran cada vez más expertos en el mundo que tratan de que la gente deje de tenerle miedo a un estado que, bien manejado, puede mejorar significativamente nuestras vidas.

Cada vez son más los expertos que afirman que sirve para conocerse mejor.

Según la psicóloga y terapeuta de pareja Nelly Rojas de González, "sólo puedes saber realmente quién eres y sólo puedes tener buenas relaciones con los demás cuando aprendes a estar solo".
La soledad no puede ser pensada como un defecto. "Mal haría yo en decir que la soledad es mala -dice Rojas-, pues desde el punto de vista psicológico es lo mejor que existe para conocerse a sí mismo y para tener una buena autoestima y respetarse".
Por su parte, Rodrigo Córdoba, psiquiatra y presidente de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, asegura que "todos los seres humanos tenemos ondulaciones en nuestro estado de ánimo y, como todo en la vida, los extremos son malos, pero la soledad puede hacer que el ser humano explore nuevas cosas, que se encuentre consigo mismo".
Impulso a la creatividad
Incluso, dice Córdoba, los momentos de soledad pueden impulsar la creatividad de mucha gente. "Para muchos, la soledad es perfecta para leer más, pintar, oír música, pensar en nuevas ideas, nuevos proyectos", asegura.
Y agrega que "no hay nada más rico que saber disfrutar de los momentos de soledad, porque nos permiten descubrirnos y darnos cuenta de quiénes somos y qué queremos".
Una politóloga bogotana, sin novio y con un muy buen empleo, está de acuerdo. "Yo la paso muy bien sola. Tengo 31 años y disfruto llegar a mi apartamento por la noche, comer lo que quiera, poner la música al volumen que quiera. Cuando estoy sola, me pongo a leer hasta que se me cansen los ojos y eso no significa que no tenga amigos y no me hace una persona triste".
En Bogotá, según el último censo, realizado en el 2005, el 13,5 por ciento de los hogares está compuesto por una sola persona. 
Sucede que, según Rojas de González, saber gozarse la soledad solo puede traer cosas buenas. "Es asumir nuestra propia identidad, conocer nuestra sexualidad, ser autónomos, libres". 
Es frecuente que quien no sabe o no puede disfrutar de la soledad haya tenido una infancia y adolescencia en las que no se generaron vínculos fuertes con sus padres. 
Soledad no es tan mala Todos los extremos son malos  
"Una soledad permanente sí puede ser el reflejo de que algo malo está sucediendo y puede ser grave", asegura Rodrigo Córdoba, presidente de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas. 

"La cosa se vuelve preocupante cuando la gente no sabe convivir con la soledad, cuando necesita estar rodeada de alguien todo el tiempo, llamar a alguien, sentir a alguien cerca", afirma. 

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